Había una vez en niño que jugaba todos los días en un horario
que respetaba, él jugaba solo, no jugaba con los demás niños, solo ocupaba sus
juguetes, no prestaba ninguno y no jugaba con los ajenos.
Sus papás lo veían normal, su mamá no le ponía atención y su
papá trabajaba todos los días, incluso el día en el que descansaba se la pasaba
trabajando. La abuela del niño se preocupaba ya que el comportamiento del niño
no era normal.
Un día la abuela platico con él y le pregunto el por qué no
jugaba con los demás niños y sus respuesta fue que era porque el solo jugaría con
sus papas pero ellos nunca tenían, o más bien no se daban el tiempo, y que él
esperaba el día que eso pasara pacientemente, sin ninguna queja.
La abuela preocupada por la respuesta del niño
se lo comento a sus padres y ellos cambiaron su actitud pero aún no jugaban con
él, solo le daban dinero y lo llevaban a comer pero no jugaban, un día el niño
al ver que sus papas no se disponían a jugar con el saco todo su dinero que había
ahorrado y se acercó a sus padres y se los ofreció, y les dijo: “papas les pago
un día para que jueguen conmigo, enserio lo deseo con todo el corazón”, sus
padres lo abrazaron y lloraron, desde ese día el niño juega con sus padres y
todos sus compañeritos, tanto la actitud de los padres como de los hijos
cambio.
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